Lo más importante es conocerlas, pero hace falta interés, observación y constancia.
Si conocemos las plantas podremos elegirlas juiciosamente y proporciorcionar los cuidados necesarios.

A todos nos gustaría parecernos al vecino o al amigo, que dicen que tiene buena mano para las plantas, pero lo que tiene en realidad es conocimiento, dedicación y experiencia.

Aunque parezca increíble las plantas nos muestran sus necesidades, sólo tenemos que aprender a entenderlas.
Cuando bajan sus hojas nos están pidiendo agua, o cuando amarillean por falta de abono o pierden las hojas por exceso de riego.

Lo que tenemos que hacer es desarrollar nuestro instinto, aprender observarlas y tener en cuenta los cuidados básicos como el riego, el abonado, la ubicación.