A la belleza del jardín podemos añadir, zonas sombreadas, para lo que utilizaremos en este caso una pérgola.

Son las estructuras más habituales en los jardines, por lo general las cubrimos con trepadoras, lo mejor es utilizar una sola especie, para dar mayor impacto.

También podemos cubrirlas con algún toldo, eso irá en función del aspecto decorativo que queramos darle a nuestra pérgola y de la sombra que necesitemos.

Ya que hay pérgolas que son totalmente decorativas y otras que son necesarias para aportar una buena sombra.

Lo ideal es tener una sombra de un gran árbol, pero para esto condiciona el espacio del que dispongamos.




Si adquirimos un árbol debemos informarnos del tipo de crecimiento que tiene para saber que tamaño nos interesa adquirir y con el paso del tiempo el espacio que va a necesitar.

El eucalyptus, por ejemplo es un árbol de grandes dimensiones, alcanza unos quince metros después de unos veinte años.

Tiene un crecimiento relativamente veloz y resiste bien el frío.

Otro árbol que podemos adquirir es la acacia o mimosa.


También tiene un crecimiento bastante rápido pero su dimensión es menor, alcanza los cinco-siete metros después de unos diez años.

Este árbol no soporta el frío, por lo que está recomendado para zonas cálidas.